Recordemos el mosquito, considerado el mayor asesino de la historia. El uso del DDT puso fin a la propagación del paludismo, una enfermedad que afectó a millones de personas. Sin embargo, posteriormente se descubrió que los productos químicos «clorados» podrían ser carcinogénicos, lo que llevó al desarrollo de moléculas más seguras.

Luego, surgieron los controladores biológicos, que se pulverizaban sobre los cultivos hasta que se dio un salto significativo al introducir el gen Bt en cultivos como el maíz y la soja, logrando el mismo efecto sin la necesidad de aplicaciones externas.

Al mismo tiempo, los sistemas de aplicación también han experimentado avances significativos. La llegada de pulverizadoras automotrices más eficientes, boquillas con menor deriva, aditivos tensoactivos y formulaciones que reducen la deriva han marcado una diferencia. Además, los equipos de aplicación selectiva han revolucionado la industria al reducir costos y minimizar el impacto ambiental.

Sin embargo, como en cualquier actividad humana, hay desafíos adicionales a considerar. Uno de ellos es el manejo adecuado de los envases utilizados. La campaña Campo Limpio, impulsada por CASAFE, ha generado conciencia sobre la importancia del triple lavado y la destrucción adecuada de los envases.